Uno se acerca a los libros por distintos
motivos.
No soy
de las que van corriendo a comprar la última novedad en ventas o el último best
seller por más bombo y platillo que le den. Suelo encauzar mis lecturas a veces
por puro capricho, removiendo cielo y tierra si hace falta hasta obtener lo que
quiero (mi amigo B lo sabe bien, que mi último pedido viene desde los EE.UU, de
tan loco que lo volví para conseguirlo, je,je,je), otras por ese deseo
imparable que me da por el saber, algunas porque el libro me hace señas desde
la estantería de la librería hasta llamar mi atención, y mil razones más que
sería aburrido describir aquí y además no es éste el tema.
Yo llegué hasta Intemperie, de Jesús
Carrasco, de la mano del Club de Lectura que dirige el profesor Pedro Ojeda
Escudero, desde ese lugar tan representativo que es para mí La Acequia.
A algunos nos habrá podido gustar más, a otros menos.
Habremos podido coincidir o no en nuestras críticas del mismo, pero siempre se
nos habrá quedado algo por ahí dentro.
Intemperie tiene esos momentos que pueden
dejar huellas perdurables. Intrincadas sendas del destino que cuentan la
historia de ese niño fugado, donde los hechos en el espacio y en el tiempo
significan algo más que un mero azar, al cual nos hace llegar el autor a través
de un copioso léxico -arcaico para algunos- que nos sitúa en ese desértico
lugar lleno de vicisitudes.
Nunca sabemos con certeza si la brújula de
nuestro camino apunta bien o mal, y así, sin ella, se echó el niño a caminar
por las veredas, sin pensar que pudiera encontrarse con el barco salvador que
lo llevase por esos mares ignotos a pesar de hacer aguas por alguno de sus lados.
El silencio, compañero incansable del viaje,
le hace crecer a un ritmo vertiginoso, y el acerbo paisaje le cría un hombre allá
donde el sol le fue quemando la piel y donde la iniquidad humana de aquellos
que debieron protegerle lo abandonó a su suerte.
Como hechizada atravesé sus páginas de
principio a fin guiada por la intuición, con la esperanza de no acertar en la
temeridad que mi mente vislumbraba, pero incluso la realidad descrita fue más
brutal que la ensoñación previa.
Es evidente que el autor deja al lector a la
“intemperie”, y nunca mejor dicho, para
ser transportados a ella y sentirnos atrapados por el texto, desprotegidos ante
la incertidumbre.
Un cántico a los sentidos.
11 comentarios:
Por el bién de tu amigo B, espero que no te dé por explotar las acequias de Candá, Emiratos Arabes o Indochina ...
;-)
1º-Un digno comentario de un libro
2º-Una bella exposición de tu personalidad.
Hablas bastante de un libro y mucho de ti.
En ambos casos me gusta lo que dices.
Besos.
André
Me encantó la novelita. Buena literatura de corte naturalista.
Bss
Es un libro distinto, nos arrastra a pesar de su dureza y sequedad. Si exceptuamos los que propone Pedro Ojeda, no sabría decir qué criterio sigo para ponerme a leer. Hay libros que se caen y libros de ida y de vuelta.
Un placer leer tu reflexión, sobre el libro y sobre ti.
Besos
Una excelente síntesis tanto sobre el placer de la lectura como acerca del simbolismo de Intemperie.
Besos, preciosa, y gracias por esos apuntes tan bien logrados.
P.S. Nunca dejé de creer ni en ti ni en tu valía.
;-)
Interesante sugerencia!!!...me lo apunto para, si alguna vez encuentro un resquicio en esta coctelera agitada que es mi vida, aprovechar para relajarme con su lectura...
Un gran abrazo, guapísima...y gracias, muchas gracias!!! ;)
Me alegra mucho haber sido el cauce por el que has llegado a esta novela y espero que continúes con el resto de los títulos del año aportando esta forma tan tuya de leerlos. Gracias. Besos.
El final queda abierto, cada lector aportará el suyo. Es una novela donde la incertidumbre es protagonista.
Besos
He leído otras críticas que hablan muy bien de esta obra. Por encima me recuerda a "Las ratas" de M. Delibes.
Besos.
He leído otras críticas que hablan muy bien de esta obra. Por encima me recuerda a "Las ratas" de M. Delibes.
Besos.
Confieso que me han gustado tus aportes -que he leído con atención- mucho más que el libro en cuestión, del que he leído una parte y hojeado el resto.
Besos y me alegra mucho que estés con nosotros en el Club de lectura ¡y no sabes cuánto! Bienvenida, bienvenida.
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