Comparten mis mimos

24 de junio de 2010

NOCHE MAGICA

n
Noche mágica donde las haya,
al ritmo del viento ondean las llamas,
precavidos abyectos bajo la mirada
del dueño del fuego, del mal y la infamia.

Por encima revolotea el ángel del tiempo,
aleteando sus alas por ver si se apaga 
el desasosiego, la ira, la furia y la rabia
de un mundo imperfecto sumido en sus garras.

Adoramos la hoguera, que de la tierra emana
inmersos en gritos, alaridos que claman
la veneración del profano, el delirio del alma
buscando la ausencia que el averno idolatra.

LA HABITACION PROHIBIDA ( III )

Asomó ligeramente la cabeza, permitiendo que el resto de su cuerpo se adentrase con la fuerza de la inercia.
Una vez en su interior, sus ojos se abrieron de par en par hasta adaptarlos a la penumbra; apenas se  colaba  un hilo de luz por el vano abierto en el muro desde el salón. Buscó, pero no había ventana alguna que dejase entrever porque momento del día caminaba el reloj. Echó una ojeada rápida a toda la recámara escudriñando entre las sombras para luego ir deteniéndose en todo aquello que le resultaba llamativo. 
Lo primero que atrajo su atención fue una cara negra como el carbón, que colgaba enfrentada a la entrada misma de la habitación, tallada en madera maciza, con forma alargada, prominente nariz y los orificios destinados a los ojos, profundamente remarcados en un intenso color rojo. Del mentón pendían unos largos y gruesos mechones negros a modo de sotabarba. Su primer impulso fue el de tocarla, pero recapacitó por unos instantes y se alejó dando diminutos pasos a su izquierda.
Al fondo, en uno de los rincones se ubicaba un camastro, más bien pequeño, sobre el cual reposaba extendida la piel de lo que antaño fuese un animal, a modo de frazada. Se acercó tímidamente a los pies de la misma, cerró sus ojos y pasó suavemente por encima sus  menudos dedos, figurándolo vivo entre sus manos, sintiendo el ardor de la sangre bombeando sus venas, se recostó en el lecho, acariciando con su mejilla tan delicado tegumento.
Hubiera pasado allí acurrucada largas horas si no fuera porque el tiempo corría en su contra, así que se incorporó de un salto, emergiendo de su sueño y volviendo a su realidad inmediata.
Giró sobre sí misma para dirigirse a la puerta por donde había entrado, pero algo reclamó su curiosidad.

19 de junio de 2010

ADIOS AL GRANDE

"Sólo soy alguien que, al escribir, se limita a levantar una piedra y a poner la vista en lo que hay debajo".

José Saramago


Hoy caen lágrimas por ti, tu nombre viaja de boca en boca, se transcriben y copian tantas de tus declaraciones......
Te tuve en mi mesilla de noche, tu espacio en mi biblioteca, tu dicción en mi cabeza, tu alma en la mía impregnada....
Son esas tus cosas, las que van dibujando con calma, el fin de un largo camino, infiltrando suavemente por los poros, la esencia de las palabras.
Junto a tu mano y las de tantos otros, aprendí a levantar ancla, navegar por este mundo, dejando que  empuje el viento, las velas de mi humilde barca.
Barca, pues aunque nave quisiera, seguir aprendiendo debiera, de marinos como tú.

18 de junio de 2010

LA HABITACION PROHIBIDA (Segunda parte)

Tendría cerca de los seis años, creo recordar; una melena larga y lacia que lucía siempre algo atolondrada, de un color castaño con hebras doradas que reflejaban la luz cuando el sol le daba.Sus ojos hacían juego con su pelo, pero eran tan profundos que se podía leer en ellos, escondiendo una mirada pícara y divertida, engatusaba con ella y salía airosa de más de un embrollo.
Creció con la mala creencia que era un bicho raro, pues todos cuantos la miraban la catalogaban de bonita, escuchando como a las demás llamaban guapas, y hasta no llegar a su lozanía no comprendió lo bello de aquella palabra.
Siempre andaba descalza, pues sabía que le resultaba más fácil escabullirse sin ser oída. Inmersa en su mundo de fantasías, pululaba todo el día por la casa haciendo y deshaciendo en ruindades. Llenaba de alborozo cualquier rincón de la estancia, con su risa y algarabía conquistaba, aún dormida, su mente divagaba por mundos equidistantes.
Adoraba a su abuela (menos en la hora del almuerzo), lo cual era recíproco, pues aquélla por ésta bebía los vientos. Tan sólo con la mirada se entendían. Gustaba de sentarse a su vera cuando ésta ejercía de "zapatero remendón", escuchaba sus relatos atentamente, dejando que su mente viajara por el túnel del tiempo.

17 de junio de 2010

DIVAGACIONES

Hoy es uno de esos días en los que se me dispersa la mente, vuelvo loco a todo aquel que se me acerque. Hablo conmigo misma, me río. ¿No se respira algo raro en el ambiente?
En el curro deben de pensar que ando un poco desequilibrada, menos mal que conocen mis "chaladuras"; sólo se oye,.M........calla. Y yo no callo, por supuesto. Cuando ando disparatada no hay quien me pare.
Para empezar, lo del mundo informático. ¡Qué cruz la mía! Menos mal que existen  los caballeros cibernéticos que acuden en mi ayuda. ¡Que fuerte lo del "agujero", y resulta que sí que lo tengo! De echo hoy estoy aquí por ello, tras una ardua búsqueda, ¡lo encontré!
Está claro que lo mío no es el tacto. No, no, no, ¿los ojos para qué están? Gracias por la vista.¡Ay, señor, con la qué he liado! Pongo en pie de guerra a todo el batallón y ahora ¿cómo les digo que se vuelvan a su casa que todo está solucionado? Lo dicho, saben bien que mis hormonas no me fallan, y los desequilibrios tampoco. Las gracias están dadas.
Y que decir tiene como andaba la moral masculina hoy con eso del fútbol, por lo menos por los que me rodeaban. ¿Estarán igual cuando se olvidan de los cumpleaños de sus mujeres, amigos, hijos, padres,etc? No entiendo el funeral, la verdad. Suele pasar que cuando nos clavamos el asta del triunfo y vitoreamos con antelación, el viento nos arrastra a la derrota sin más dilación. No corramos, como dice la canción: el camino se hace al andar, aún queda tiempo, calma y sosiego.
De como anda el país mejor no hablamos, nos choteamos directamente. No sabía que necesitáramos solicitar una huelga general con tanta precedencia. Después del veranito, para que nadie se queje de que se lo hemos aguado, sobre todo a los señores del Parnaso.
¡Pasen y vean! ¿A alguno le cabe duda del circo en qué vivimos? Dejo el tema, hoy he reído muchísimo, no quiero acabar llorando.

16 de junio de 2010

TORMENTO

Bajo tu enmarañado pelo desperté una mañana
como mariposa libre, me sentí atrapada,
como espina de rosa, a ti crucificada
deseando perderme en un río de lágrimas.
Grité en la noche y ahogaste mis palabras
caminé de puntillas y me cortaste las alas
solté mis grilletes, pero encadenaste mi alma
supliqué perdida por un bosque en llamas
no golpees más, susurraba en calma.
Amor primero convertido en verdugo,
la hiel de tus besos de sangre matizaron
el sombrío destino de mis sueños quebrados.
El aire enrarecido del olor putrefacto
de las mieles del deseo con sabor amargo,
imploré a la brisa que me llevera en brazos
por el túnel del viento de un desierto lejano.
Aún en la huída la cadena enarbolabas
tras años de arrojo por fin LIBERADA.

13 de junio de 2010

REFLEXION

¿Por qué será que siempre hay alguien que se cree el ombligo del mundo?
¿Acaso ser parco en palabras te hace menos docto en la materia?
Quizás los más resabidos hayan de serlo pues la sencillez y la nobleza en ellos no alberga.
Quizás se escondan tras tanta palabrería por ocultar su verdadero ser.
Ya ni siento ni padezco, del que dicen y del que dirán.
De mis vivencias me empapo, de mis fracasos saco tela para nuevas aventuras, de mis victorias hago estandartes que ondeen en el viento, de mis heridas agrando mi corazón, de tanto amor recibido riego mi alma.

12 de junio de 2010

LA HABITACION PROHIBIDA ( Primera parte)


La escalera semejaba maltrecha, de madera desvencijada, con oscuras pinceladas de un verde muerto por el tiempo, sin lugar donde asirse, con enormes vacíos entre escalón y escalón, construida con desidia por unas manos malquedas; suspendida en el aire por su derecha y anclada por pequeños salientes al muro lateral que sustentaba la casa, por el otro lado.
Subía los peldaños lentamente, remangándose el delantal raído por los años, resoplando en cada uno de ellos, haciendo leves descansos, oteando por entre sus piernas donde se encontraba la niña, y mirando de soslayo para dilucidar el final. 
La pequeña observaba desde abajo, oyendo como crujían a cada paso que daba, como espolvoreaban las cenizas del tiempo en cada una de sus pisadas.
   - ¡Sube, vamos, no tengo todo el día! - le dijo.
   - ¡No quiero! ¡Tengo miedo! - gritó asustada.
   - Pues no te muevas de ahí mientras tiendo la ropa. "Vaya niña esta", pensó para sus adentros.
   - No abuela, yo me estoy quietita- contesta.
Fue como ponerle en caramelo en la boca. Sabía de antemano que la anciana tardaría la justo y necesario como para inmiscuirse en lugares donde no debía. Corrió hasta la puerta prohibida. Siempre tuvo curiosidad por entrar allí.
El acceso era del mismo color horrendo que la escalera maldita, en medio de un muro pulcramente encalado sin unión al techo que la cobijaba. Parecía emerger de la nada, un cubículo que no tenía razón de ser, situado en el flanco izquierdo del salón principal.
Empujó la puerta con sus pequeños dedos, rezando porque no hiciese demasiado ruido, desde la lejanía, temblando de miedo e incertidumbre, ansiosa por traspasar el umbral. Quedó ligeramente entreabierta, un hueco suficiente para su liviano cuerpecito.


9 de junio de 2010

PERDIDO


¿Por qué no estás cuando te deseo?
¿Por qué no miras, cuando tu mirada anhelo?
¿Por qué buscarte cuando no te encuentro?
¿Por qué no me calmas en tu mar sereno?

¿En qué momento se rompió la unión?
¿En qué lugar se deshizo el nudo?
¿En qué mar se ahogó mi grito?
¿En qué abismo se perdió la razón?

Desconcierta pensarte perdido en el silencio,
olvidado, tal vez, en el remordimiento,
subyugado a vagar  en el oscuro incierto,
¿en qué momento te fuiste?, aún no lo recuerdo.
    

6 de junio de 2010

ILUSION


Suena el despertador como cada día. Lo apaga, ya se conoce la canción, siempre la misma cantinela.
 ¿ Por qué diantre no he cambiado aún esa música?- se pregunta.
Comienza la rutina:
1.- Va al baño, cepillado de dientes, meadita al cante,…Suena la segunda alarma (por si se queda dormida), la apaga, se la sabe de memoria.
2.- Se dirige a la cocina, prepara el desayuno. Suena la tercera alarma ( por si falla la segunda), no deja ni que empiece la canción, total, ¿para qué? Es la misma de cada mañana. Desayuna de pie y deprisa.
3.- Vuelta al baño, se lava de nuevo los dientes, se peina, se maquilla, ¿por qué no otra meadita?
4.- Elige vestuario, vaya rollo. Mira el reloj, se apresura.
5.- Revisa que todas las luces estén apagadas antes de salir y puerta.
Su cabeza se centra, despeja su mente, es la hora. Camina veloz a la parada del autobús, no puede permitir  que se le escape, no, claro está, y menos siendo lunes. Llega, saluda a los habituales, ya se conocen, van pasando los años y siempre son los mismos, alguno nuevo que se resiste al saludo mañanero.
Llega el que espera. Sube entre la algarabía de los primeros cruces de palabras:
-         ¿Qué tal el fin de semana?- pregunta aquél.
-         Muy bien, tranquilita, como siempre-contesta la otra.
-         Lo de siempre- contesta ella.
-         ¡Buenos días!-saluda al conductor.
-         Buenos días – parece que contesta.
Busca desesperadamente con la mirada, pero sin que se note, ¡ahí está! ¡Es él! Respira aliviada, empieza bien la semana, lo ha visto. Camina lentamente por el estrecho pasillo siguiendo el cortejo. Su corazón late a velocidad de vértigo, contiene la respiración,  se acerca, le mira distraídamente, él le sonríe, le dirige la mirada furtiva que ella tanto anhela.
-         ¿Y tú?-le pregunta alguien.
-         Pues no sé – contesta, total, no sabe ni de que va el tema.
-         ¿Todavía no sabes cuando coges las vacaciones?- le vuelve a preguntar.
-         Es que aún no se ponen de acuerdo en el departamento- contesta una mentira para salir airosa. ¡Claro que sabe cuando son sus vacaciones! Pero ella está a lo que está.
El trayecto es relativamente corto y hay que aprovecharlo al máximo. Intenta lidiar en la conversación para no crear un desaire al personal, pero su mente está volando junto a él.
Llega el momento, toca el timbre, se despide:
-         ¡Hasta mañana! ¡Que tengan un buen día!- dirigiéndose a los habituales.
-         ¡Hasta mañana!- contestan prácticamente al unísono.
Camina pensativa por las mismas calles que diariamente la conducen al trabajo, lo hace casi por inercia, su mente sigue allí. Sólo le queda esperar volverlo a ver mañana.

5 de junio de 2010

PRIMER CONTACTO

Todos tenemos una historia que contar. Historias a veces divertidas, otras desenfadadas, algunas tristes, irreales, agrandadas, políticamente incorrectas, toscas, alucinantes, inacabadas, increíbles, subjetivas,……….

Esta es la mía. No sabría donde encajarla, lleva un poco de todo, una mezcla de nostalgia e ironía, una pizca de amargor y dulzura, un puñado de risas y lágrimas, todo aquello que nos aflora en la vida, una vida llena de sensaciones, vivida palmo a palmo, sufrida, exprimida, disfrutada y perdida, pero tan solo eso, una vida.

Lo miraba una y otra vez, me alejaba y volvía y me reiteraba en mi intento de alejarme de allí, pero él era más fuerte que yo, me atraía como un imán, irradiaba tanta paz con sólo mirarlo que no podía dejar de hacerlo. Cuando lo ví por primera vez, era todo ternura, tan pequeño, delicado, frágil, perfecto. ¿Cuántas veces te conté los dedos de las manos? ¿Y los de los pies? Te olía una y otra vez, aún lo pienso y te huelo. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos sin pedir paso, salían una detrás de la otra, fue tanta la alegría!

Estabas rodeado de seres como tú, depositados cada uno en su cubículo de cristal, llorando, durmiendo, agitados, soñando posiblemente con una vida anterior.

Esperé a que la enfermera me indicase el camino, pero no venía. Pensé que ridícula debía estar con aquella bata verde, las calzas y ese gorro horrendo de papel. Alguno me miraba y parecía reírse de mí, gesticulaban y me hacían divertidas muecas, pero ninguno de ellos eras tú.

Te presentía cerca.

Ya no pude esperar más y me fui adentrando lentamente y con sigilo para que la susodicha no se percatara que estaba infringiendo sus órdenes, deseaba tanto verte.

Hacía varios días que habías llegado a este mundo, fue todo tan rápido después de la agónica espera, de tantos días encerrada en aquellas cuatro paredes, de la lentitud del tiempo, que llegaste y no pude conocerte, te alejaron rápidamente de mí. ¿Me recuerdas? Dicen que el vínculo que nos une es algo infranqueable, incluso pasados los años y habiéndonos desunido literalmente, seguiremos amarrados por siempre.

Miré a uno, al otro, seguí de largo, te huelo, sé que estás ahí, ¿cómo eres? Te describieron, todos ellos, los que te conocieron antes que yo, tanto tiempo juntos y ni siquiera pudimos querernos desde el primer momento. No me hacían falta sus indicaciones, te huelo.

De repente lo supe, te miré, me quedé sin aire, esperé respuesta, sonreíste. Ella vino por detrás, con cara de pocos amigos, creí que me echaría a patadas de allí, pero se paró a mi lado, te miró, leyó la etiqueta, y lo dijo:

- Veo que no te hago falta, lo has encontrado tú solita. Sí, es este,¡ este es tu hijo!

¡Eras tú!, mi niño, mi tesoro. No puedo ver, se me nubla la vista. Busqué la complicidad de tu padre, esperaba desde la puerta y afirmaba con la cabeza, es ese, es él.

-¿Puedo cogerlo? Pregunté.

-No, contestó ella, con su voz de ordeno y mando.

- ¿Cuándo?- volví a preguntar.

- No hasta que no le quiten la vía- contestó con frialdad.

¡ Dios, no lo había visto! La tenías ahí, clavada en la cabeza, en la fontanela que le dicen, pero ¿por qué? ¿Qué te pasa? No entiendo nada. Volví a buscar la mirada de tu padre, pero esta vez la rehuyó.

- ¿Qué le pasa?- pregunté nuevamente.

- Ya el médico habló con ustedes, supongo- me contestó.

- No, no conmigo- repliqué.

- Bueno, lo habrá hecho con su marido- dijo sin levantar la mirada de donde la tenía fijada.

- ¿Pero está bien, verdad?- repliqué.

- Mire señora, el doctor atiende las consultas por la mañana, así que tendrá que esperar a hablar con él a ver que le dice,- contestó acaloradamente.

La miré fijamente y callé. Te dirigí la mirada, me volviste a sonreír y me tranquilizaste.

- Ha terminado el tiempo de visita- dijo con premura.

- Muy bien, ¿a que hora puedo localizar al médico mañana?- pregunté con altanería.

- Después de que pase consulta a los niños, atenderá a los padres en aquella salita de allí, - me indicó señalando con el dedo de muy mala gana.

- De acuerdo, y por cierto, no es mi marido- contesté con absoluto desprecio.

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