Comparten mis mimos

18 de junio de 2010

LA HABITACION PROHIBIDA (Segunda parte)

Tendría cerca de los seis años, creo recordar; una melena larga y lacia que lucía siempre algo atolondrada, de un color castaño con hebras doradas que reflejaban la luz cuando el sol le daba.Sus ojos hacían juego con su pelo, pero eran tan profundos que se podía leer en ellos, escondiendo una mirada pícara y divertida, engatusaba con ella y salía airosa de más de un embrollo.
Creció con la mala creencia que era un bicho raro, pues todos cuantos la miraban la catalogaban de bonita, escuchando como a las demás llamaban guapas, y hasta no llegar a su lozanía no comprendió lo bello de aquella palabra.
Siempre andaba descalza, pues sabía que le resultaba más fácil escabullirse sin ser oída. Inmersa en su mundo de fantasías, pululaba todo el día por la casa haciendo y deshaciendo en ruindades. Llenaba de alborozo cualquier rincón de la estancia, con su risa y algarabía conquistaba, aún dormida, su mente divagaba por mundos equidistantes.
Adoraba a su abuela (menos en la hora del almuerzo), lo cual era recíproco, pues aquélla por ésta bebía los vientos. Tan sólo con la mirada se entendían. Gustaba de sentarse a su vera cuando ésta ejercía de "zapatero remendón", escuchaba sus relatos atentamente, dejando que su mente viajara por el túnel del tiempo.

2 comentarios:

misticaluz dijo...

Un placer descubrirte! seguimos en contacto!

Recibe un relajante y cálido abrazo de luz para tu ser.

Beatriz

MIMOSA dijo...

Gracias por tu visita, seguramente así será, interiorizar todo lo que dices lleva su tiempo.
Un beso

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