Comparten mis mimos
24 de junio de 2010
NOCHE MAGICA
al ritmo del viento ondean las llamas,
precavidos abyectos bajo la mirada
del dueño del fuego, del mal y la infamia.
Por encima revolotea el ángel del tiempo,
aleteando sus alas por ver si se apaga
el desasosiego, la ira, la furia y la rabia
de un mundo imperfecto sumido en sus garras.
Adoramos la hoguera, que de la tierra emana
inmersos en gritos, alaridos que claman
la veneración del profano, el delirio del alma
buscando la ausencia que el averno idolatra.
LA HABITACION PROHIBIDA ( III )
19 de junio de 2010
ADIOS AL GRANDE

Barca, pues aunque nave quisiera, seguir aprendiendo debiera, de marinos como tú.
18 de junio de 2010
LA HABITACION PROHIBIDA (Segunda parte)
17 de junio de 2010
DIVAGACIONES
Para empezar, lo del mundo informático. ¡Qué cruz la mía! Menos mal que existen los caballeros cibernéticos que acuden en mi ayuda. ¡Que fuerte lo del "agujero", y resulta que sí que lo tengo! De echo hoy estoy aquí por ello, tras una ardua búsqueda, ¡lo encontré!
Está claro que lo mío no es el tacto. No, no, no, ¿los ojos para qué están? Gracias por la vista.¡Ay, señor, con la qué he liado! Pongo en pie de guerra a todo el batallón y ahora ¿cómo les digo que se vuelvan a su casa que todo está solucionado? Lo dicho, saben bien que mis hormonas no me fallan, y los desequilibrios tampoco. Las gracias están dadas.
Y que decir tiene como andaba la moral masculina hoy con eso del fútbol, por lo menos por los que me rodeaban. ¿Estarán igual cuando se olvidan de los cumpleaños de sus mujeres, amigos, hijos, padres,etc? No entiendo el funeral, la verdad. Suele pasar que cuando nos clavamos el asta del triunfo y vitoreamos con antelación, el viento nos arrastra a la derrota sin más dilación. No corramos, como dice la canción: el camino se hace al andar, aún queda tiempo, calma y sosiego.
De como anda el país mejor no hablamos, nos choteamos directamente. No sabía que necesitáramos solicitar una huelga general con tanta precedencia. Después del veranito, para que nadie se queje de que se lo hemos aguado, sobre todo a los señores del Parnaso.
¡Pasen y vean! ¿A alguno le cabe duda del circo en qué vivimos? Dejo el tema, hoy he reído muchísimo, no quiero acabar llorando.
16 de junio de 2010
TORMENTO
13 de junio de 2010
REFLEXION
¿Acaso ser parco en palabras te hace menos docto en la materia?
Quizás los más resabidos hayan de serlo pues la sencillez y la nobleza en ellos no alberga.
Quizás se escondan tras tanta palabrería por ocultar su verdadero ser.
Ya ni siento ni padezco, del que dicen y del que dirán.
De mis vivencias me empapo, de mis fracasos saco tela para nuevas aventuras, de mis victorias hago estandartes que ondeen en el viento, de mis heridas agrando mi corazón, de tanto amor recibido riego mi alma.
12 de junio de 2010
LA HABITACION PROHIBIDA ( Primera parte)
La escalera semejaba maltrecha, de madera desvencijada, con oscuras pinceladas de un verde muerto por el tiempo, sin lugar donde asirse, con enormes vacíos entre escalón y escalón, construida con desidia por unas manos malquedas; suspendida en el aire por su derecha y anclada por pequeños salientes al muro lateral que sustentaba la casa, por el otro lado.
Subía los peldaños lentamente, remangándose el delantal raído por los años, resoplando en cada uno de ellos, haciendo leves descansos, oteando por entre sus piernas donde se encontraba la niña, y mirando de soslayo para dilucidar el final.
La pequeña observaba desde abajo, oyendo como crujían a cada paso que daba, como espolvoreaban las cenizas del tiempo en cada una de sus pisadas.
- ¡Sube, vamos, no tengo todo el día! - le dijo.
- ¡No quiero! ¡Tengo miedo! - gritó asustada.
- Pues no te muevas de ahí mientras tiendo la ropa. "Vaya niña esta", pensó para sus adentros.
- No abuela, yo me estoy quietita- contesta.
Fue como ponerle en caramelo en la boca. Sabía de antemano que la anciana tardaría la justo y necesario como para inmiscuirse en lugares donde no debía. Corrió hasta la puerta prohibida. Siempre tuvo curiosidad por entrar allí.
El acceso era del mismo color horrendo que la escalera maldita, en medio de un muro pulcramente encalado sin unión al techo que la cobijaba. Parecía emerger de la nada, un cubículo que no tenía razón de ser, situado en el flanco izquierdo del salón principal.
Empujó la puerta con sus pequeños dedos, rezando porque no hiciese demasiado ruido, desde la lejanía, temblando de miedo e incertidumbre, ansiosa por traspasar el umbral. Quedó ligeramente entreabierta, un hueco suficiente para su liviano cuerpecito.
9 de junio de 2010
PERDIDO
¿Por qué no estás cuando te deseo?
¿Por qué no miras, cuando tu mirada anhelo?
¿Por qué buscarte cuando no te encuentro?
¿Por qué no me calmas en tu mar sereno?
¿En qué momento se rompió la unión?
¿En qué lugar se deshizo el nudo?
¿En qué mar se ahogó mi grito?
¿En qué abismo se perdió la razón?
Desconcierta pensarte perdido en el silencio,
olvidado, tal vez, en el remordimiento,
subyugado a vagar en el oscuro incierto,
¿en qué momento te fuiste?, aún no lo recuerdo.
6 de junio de 2010
ILUSION
5 de junio de 2010
PRIMER CONTACTO
Todos tenemos una historia que contar. Historias a veces divertidas, otras desenfadadas, algunas tristes, irreales, agrandadas, políticamente incorrectas, toscas, alucinantes, inacabadas, increíbles, subjetivas,……….
Esta es la mía. No sabría donde encajarla, lleva un poco de todo, una mezcla de nostalgia e ironía, una pizca de amargor y dulzura, un puñado de risas y lágrimas, todo aquello que nos aflora en la vida, una vida llena de sensaciones, vivida palmo a palmo, sufrida, exprimida, disfrutada y perdida, pero tan solo eso, una vida.
Lo miraba una y otra vez, me alejaba y volvía y me reiteraba en mi intento de alejarme de allí, pero él era más fuerte que yo, me atraía como un imán, irradiaba tanta paz con sólo mirarlo que no podía dejar de hacerlo. Cuando lo ví por primera vez, era todo ternura, tan pequeño, delicado, frágil, perfecto. ¿Cuántas veces te conté los dedos de las manos? ¿Y los de los pies? Te olía una y otra vez, aún lo pienso y te huelo. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos sin pedir paso, salían una detrás de la otra, fue tanta la alegría!
Estabas rodeado de seres como tú, depositados cada uno en su cubículo de cristal, llorando, durmiendo, agitados, soñando posiblemente con una vida anterior.
Esperé a que la enfermera me indicase el camino, pero no venía. Pensé que ridícula debía estar con aquella bata verde, las calzas y ese gorro horrendo de papel. Alguno me miraba y parecía reírse de mí, gesticulaban y me hacían divertidas muecas, pero ninguno de ellos eras tú.
Te presentía cerca.
Ya no pude esperar más y me fui adentrando lentamente y con sigilo para que la susodicha no se percatara que estaba infringiendo sus órdenes, deseaba tanto verte.
Hacía varios días que habías llegado a este mundo, fue todo tan rápido después de la agónica espera, de tantos días encerrada en aquellas cuatro paredes, de la lentitud del tiempo, que llegaste y no pude conocerte, te alejaron rápidamente de mí. ¿Me recuerdas? Dicen que el vínculo que nos une es algo infranqueable, incluso pasados los años y habiéndonos desunido literalmente, seguiremos amarrados por siempre.
Miré a uno, al otro, seguí de largo, te huelo, sé que estás ahí, ¿cómo eres? Te describieron, todos ellos, los que te conocieron antes que yo, tanto tiempo juntos y ni siquiera pudimos querernos desde el primer momento. No me hacían falta sus indicaciones, te huelo.
De repente lo supe, te miré, me quedé sin aire, esperé respuesta, sonreíste. Ella vino por detrás, con cara de pocos amigos, creí que me echaría a patadas de allí, pero se paró a mi lado, te miró, leyó la etiqueta, y lo dijo:
- Veo que no te hago falta, lo has encontrado tú solita. Sí, es este,¡ este es tu hijo!
¡Eras tú!, mi niño, mi tesoro. No puedo ver, se me nubla la vista. Busqué la complicidad de tu padre, esperaba desde la puerta y afirmaba con la cabeza, es ese, es él.
-¿Puedo cogerlo? Pregunté.
-No, contestó ella, con su voz de ordeno y mando.
- ¿Cuándo?- volví a preguntar.
- No hasta que no le quiten la vía- contestó con frialdad.
¡ Dios, no lo había visto! La tenías ahí, clavada en la cabeza, en la fontanela que le dicen, pero ¿por qué? ¿Qué te pasa? No entiendo nada. Volví a buscar la mirada de tu padre, pero esta vez la rehuyó.
- ¿Qué le pasa?- pregunté nuevamente.
- Ya el médico habló con ustedes, supongo- me contestó.
- No, no conmigo- repliqué.
- Bueno, lo habrá hecho con su marido- dijo sin levantar la mirada de donde la tenía fijada.
- ¿Pero está bien, verdad?- repliqué.
- Mire señora, el doctor atiende las consultas por la mañana, así que tendrá que esperar a hablar con él a ver que le dice,- contestó acaloradamente.
La miré fijamente y callé. Te dirigí la mirada, me volviste a sonreír y me tranquilizaste.
- Ha terminado el tiempo de visita- dijo con premura.
- Muy bien, ¿a que hora puedo localizar al médico mañana?- pregunté con altanería.
- Después de que pase consulta a los niños, atenderá a los padres en aquella salita de allí, - me indicó señalando con el dedo de muy mala gana.
- De acuerdo, y por cierto, no es mi marido- contesté con absoluto desprecio.