Quién te dio
potestad para filtrarte en mi piel y derramar tu veneno con ese anhelo
prohibido, para luego hacerme creer que pasarías por mi vida sin pasar, y jugar
a extrañarnos para siempre yo perder, cuando aún tras la llave de esta puerta
ya cerrada se sigue gestando el perfume de un deseo inaccesible, tormento
infinito de tu vileza que no me permite olvidar.
En esta oscuridad
sin esquinas donde esconder mi sombra quedo suspendida cual cuadro colgado en
esa pared sin aliento, dónde la pretensión de borrarme te resulta inútil y me
aferro al gris de los recuerdos, cuando en la ausencia humedecías mis secretos.
Quiero negarte,
barrarte de mi estancia, tragarme las cenizas de esa llama para que no vuelva a
prender, vomitar tu nombre y esconder cada letra en un bolsillo diferente de mi
armario, pero tu veneno ha llegado a mi vientre y el único antídoto para evitar
esta muerte está en ti, CANALLA.
18 comentarios:
Triste y crudo lamento por ese amor que solo da amargura.Mejor olvidar que un día existió.Feliz semana amiga.Besitossss.
Triste ese aire que envenena, no sé como esta inteligente Mimosa, le puede conceder o regalar a alguien la capacidad o el poder de enojarte¡Déjalo pasar no le concedas ni el más mínimo poder sobre ti! Y menos el de enojarte vive y no mires hacia donde está, tú puedes ¡con todo lo que tienes ¡Ni le necesitas ni te vale!
Besos llenos de cariño.
André
Un triste amor que es mejor no recordar. Un beso.
Cuando alguien pierde de vista a un canalla, lo más natural es alegrarse y no volver la vista atrás. El se pierde un mundo, mientras que tu ganas una vida.
Un abrazo
Hay veces que el amor se filtra así, por todas las rendijas...
Besos.
Qué especial la singladura
del dolor en tu prosa,
impacta tu dominio,
me paseo un rato por tu sitio.
Estás apasionada y colérica! Y lo narras de maravilla. Cómo me gusta tenerte de vuelta!
Y a esos canallas, pues se cocinen en su propio caldo!
Besos a montones, linda Mimicha!!!
Hay quienes les gusta marcarse metas y crear en el otro falsas ilusiones, pero a veces son volubles, y lo mismo que en un día se entusiasmaron, al día siguiente se aburren, o dejan de mostrar ese interés, o se acobardan por los motivos que sean.
Llegado ese momento, lo mejor es pararse, respirar hondo, coger fuerzas y despegar alto para intentar olvidar lo sucedido.
Seguro que hay más de un antídoto contra el veneno del canalla, pero para encontrarlo hay que coger distancia y ponerse a buscar.
¡Tú te mereces algo bastante mejor que eso!
Un beso muy grande
Si estás ya preparada y dispuesta a olvidar, no busques más antídotos, deja que el veneno te queme, y luego a prepararse una pócima anti-canallas.
;-)
Besos, mi niña bonita.
A los canallas que no merecen ser amados, mejor mandarlos a Polo Norte o Sur a congelarse o a la Tierra de nunca jamás...
Besos, Mimosa y gracias por tus visitas a mi casa- Ya estoy de regreso.
Su veneno para ellos.
Uuuf, cuando te pones así de intratable...escribes todavía mejor y estás muy atractiva, jajajaaa!!!
Es broooma...gran entrada, llena de pasión y sentimiento, bien hecho!!!
Un abrazote, amiga...y gracias!!! ;)
Qué fuerte y qué intenso!!
Hay encuentros que dejan una huella que no se puede formatear. Claro que la mancha de una mora, con otra mora se quita.
Creo que has deslizado un lapsus en tu entrada.
Dices: "...barrarte de mi estancia..."
Supongo que será: "...borrarte de mi estancia..."
Besos con rotulador.
Es la primera vez que entro en tu espacio y, pese a que ya es muy tarde, no he podido remediar la tentación de leerte.
Estoy convencida de que siempre que hubo fuego aún sigue quedando un rescoldo y, aunque nos queme, es muy difícil de apagarlo.
Mi intención era la de decirte que el día 3 es el cumpleaños de André, si tienes un rato, felicítalo, entre todas le daremos una alegría.
Perdona, ni me he presentado, con las prisas...
Soy kasioles, una amiga y seguidora de André.
Cariños en el corazón.
Kasioles
Hola Mimosa, al leerte esas letras tan duras veo una gran decepción y al mismo tiempo un amargo recuerdo que no es fácil de sacar de la mente ni del cuerpo. Pero sé que es difícil de olvidar a quien hemos amado y eso produce más dolor e incluso odio.
Un canalla, no merece ser ni nombrado ni recordado. Toca matarlo en nuestra mente y olvidarlo , pues si no nos hará más daño.
Un abrazo.
Sor.Cecilia
La escritura tritura la canallada
Vuelvo para agradecer tu comentario en mi espacio.
Ahora que tengo algo más de tiempo, he aprovechado para releerte y escuchar a María Jiménez.
Ya sabes que el tiempo es la mejor medicina.
¡Tú vales mucho mi niña!
Cariños en el corazón.
Kasiones
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