EMPRENDIENDO EL VIAJE

Un nuevo año, una nueva década, nuevos rumbos, nuevas metas, nuevos proyectos e inquietudes. Deseos antiguos que nunca fueron cumplidos, y otros que definitivamente fueron desechados. Y como cada año formulamos toda una serie de nuevos propósitos que se quedan esperando, en lo que la propia palabra indica: " intención".

La vida se va construyendo paso a paso, según las expectativas y el amplio abanico de posibilidades que nos vamos encontrando, creando cimientos que en ocasiones se derrumban y en otras tantas, simplemente abandonamos. Muchos llegan a término y otros, una vez acabados, nos damos cuenta que no eran lo nuestro.

¿Somos nosotros quienes pasamos por los años, o son ellos los que pasan por nosotros?

La vida nos llega en abundancia, y con ella, nuestros sueños.  Es tanto lo que queremos abarcar que somos incapaces de apreciar los pequeños detalles: la mirada del otro, la mano amiga, la fragancia de una flor, la caricia del viento, la dulzura de una voz, las lágrimas que resbalan de nuestros ojos,......, es tanto lo que corremos, o lo que queremos correr.

Soy esa mujer, que acapara una maleta llena de memoria, llena de recuerdos, que retrasan si cabe el momento del encuentro, de esa alma de niña que viaja conmigo, cansada en la espera, del exceso de peso, de la falta de reconocimiento. Esa que fui tapando con el tiempo, cargando con capas en cada reto, esa que saca de mi cada día una sonrisa, esa que quiso realizar sus sueños.

La niña que en el andén espera, una nueva partida, un nuevo tren, la que sabe que tiene el mundo a sus pies, la que sueña, la que ama, la que vive, la que late al ver un nuevo amanecer. Este será mi deseo, emprender el viaje de nuevo, me desharé del  equipaje, de los malos recuerdos, quitaré el cartel de cerrado y dejaré que la vida me vaya sobreviniendo.