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(A mi amigo B.) |
Tras mi entrada de ayer, hoy tengo que decir que me siento la persona más afortunada del planeta, por todos y cada uno de vuestros comentarios, por hacerme sentir plena, por acompañarme en esta soledad impuesta, por recibir tanta fuerza que me motivan a seguir luchando por todo aquello en lo que creo, por apaciguar mis miedos de alguna manera.
A todos quiero mostrar mi gratitud, todas y cada una de vuestras palabras significa algo importante para mi.
Hoy quiero también, darle las gracias a las personas que siempre están a mi lado en los momentos duros por los que esta vida a querido llevarme, por darme siempre una mano amiga en la que apoyarme, por apaciguar mi alma en momentos de decaimiento, por saber escuchar, por ofrecerme todo su aprecio y cariño sin nada a cambio. Por quererme sin más.
Aún sabiendo que el camino que me precede, y el cual debo recorrer, estará lleno de dificultades, hoy ha sido un día grande, un día especial, no me importa si gane o pierda, porque se que lo emprenderé sin miedo, porque se que ya gané por todo lo que me llevo, porque se que todo tiene un porqué y debí aprender algo.
Durante la última etapa de mi vida, las lágrimas afloraban a mi embriagadas en tristeza y melancolía, pero hoy he llorado como nunca lo había hecho, o como tan lejos mi memoria pueda llegar a evocar. No recordaba lo que era llorar de FELICIDAD.
Lo que más valoro de una persona es la integridad y la lealtad, y hoy he recibido una lección del significado máximo de la palabra.
A ti, mi gran amigo, espero que mientras dure nuestro camino en compañía, mientras sigamos emborrachándonos de alegría, mientras enjuaguemos las lágrimas de la risa, todo será bueno. Te doy todo mi afecto, te brindo el corazón, es lo único que tengo, pero de inigualable valor. El listón lo has marcado bien alto, espero estar siempre a la altura de las circunstancias.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS