Y es esa mi voz,
la que musitaba promesas a tu sombra.
Sombra,
que cavó una fosa para enterrar el silencio que nos consumió, donde la semilla de esta muerte y el deseo arrojados al vacío
se descompusieron,
mientras los pensamientos y las huellas se desvanecieron en esa noche perdida que jamás alcanzó madurar.
No hubo espera, tan sólo un rumor,
que de abatimiento feneció en un olvido
por la cruel indiferencia y comprendí,
aún a tiempo,
que nunca nada podría pedirte...
10 comentarios:
Cuántos mañanas se nos han muerto ya...
Y qué duelo tan misterioso el de enterrar así los días.
Y cuántos mañanas nos quedan aún por robarle a las noches aciagas.
Cuánta indiferencia donde la luna se cubría de promesas.
Y cuántos mañanas han de verte aún renacer, preciosa.
Un beso grande.
Qué bien elegida la música para este texto...
Besos.
Chopin sabía de mañanas muertas.
En medio de la nostalgia que tus versos transmiten, resplandece la belleza; aunque la noche prometida y perdida no alcanzó a madurar, no no Mimosa, no feneció en el olvido...ya ves que explosiona el alma con la ternura y tristeza de unos bellos y magníficos versos....
Besos.
El desconsuelo de no haber llegado a ser... La pena de saber que hasta quizás no se ha logrado ni siquiera sembrar un suspiro en ese corazón.
Lo has bordado, Mimi. Y con Chopin de fondo. Letal y bello a la par.
Besos miles, muñeca!
Cuanta belleza guardan estos tristes versos!
Besos y se feliz!
Hay días que hieren. Mejor enterrar esa mañana y buscar otras en el tiovivo de la vida.
Besos nocturnos.
que hermoso texto mi querida amiga!!!!!!
ABRAZOS
Hay mañanas que nacen marchitas de silencio sin casi opción al olvido...
Bss
P.D
Una verdadera alegría reencontrarte :)
Que deleite tu poema junto con Chopin
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